Iba por las calles con flores para
Mariana. Había quedado con unos mariachis para llevarle serenata esa noche y en
una hora debían estar frente a su casa.
—Le estás causando problemas —me dijo su prima—
—¿Eso es verdad? —le pregunté a Mariana. Ella se levantó y me
abrazó, me miró, luego las flores, al final el suelo, y un poco triste suspiró,
pero no dijo nada— ¿Qué problemas puedo estar causándote?
—Es mejor que dejes de verla —dijo su prima. Mariana no
contestaba—
—Bueno, eso lo tiene que decidir ella —la prima hizo una mueca de
molestia y, mirándome, alzó las manos como diciendo “haz lo que quieras”, pero
yo me dirigí a Mariana y le pregunté— ¿Quieres que deje de verte?
—No sé —ella contestó lentamente, después de un largo silencio.
Estaba molesto y confundido por las pocas razones que Mariana me
daba, los mariachis que iban a venir, y las flores que ya tenía en su mano. Por
eso volví a preguntarle.
—No sé, Julián
—Entonces… mejor me voy
Me despedí de ella aturdido, sin
esperar otra respuesta. De su prima lo hice secamente y a distancia, porque la
aversión que percibí en su mirada no me dejó acercarme.
Llamé a los mariachis, y me
fui con ellos mariachis a Garibaldi.
Naucalpan, Estado de México,
sábado 17 de octubre de 2009
De https://www.espanol.skyscanner.com/trip/ciudad-de-mexico/cosas-para-hacer/plaza-garibaldi |