Ella
tiene la esencia de Dios, aunque nuestro barrio sea un cielo gris con sol
ocasional. Olas de mi sangre se estrellan en las playas de mis venas. La
esperanza me sorprendió temprano jugando con su sombra, al no tenerla cerca.
Caray.
Ayer la vi en el camión cuando volvía a casa. Hermano, no puedo recordar bien su cara, sólo su cabello negro y quebrado, sus ojos castaños y su suéter turquesa. Vive
cerca. Me fui hasta la base donde se toma el camión porque quería hablarle pero
no fui capaz, sólo nos miramos sin hacer nada. Luego me regresé caminando a
donde rento.