martes, 22 de mayo de 2018

45. La burla de la luna



Intentan iluminarme plateados rayos de luna, pero todo es inútil, como tu luz ninguna.

Me siento a escribir la verdad un triste anochecer sabatino, que deja de serlo cuando salgo a la azotea y miro a la luna sonreír chuecamente, como burlándose. Entonces le sigo el juego y nos contamos chistes y anécdotas vergonzosas hasta que se aburre de mí y se esconde tras las nubes, casi a medianoche.

El viernes muy temprano me miraste a través de un cristal del aeropuerto, y sonreíste con la misma sonrisa de siempre. La mía se debilita paulatinamente. Quería estirar el tiempo como liga, estirar tu voz. El alma se me iba entre tu sonrisa que se abría como agujero negro.

Naucalpan, estado de México, miércoles 16 de enero de 2008

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