miércoles, 28 de febrero de 2018

4. Partículas luminosas


Estoy en clase de francés con la muchacha del suéter turquesa que vi en el camión, nos encontramos el lunes pasado. Fuimos los últimos en llegar, casi al mismo tiempo, pero me hice a un lado para dejarla pasar, y cuando ya entrábamos, disminuyó la velocidad de sus pasos, y mientras caminaba, volvió la vista. Me clavó la mirada por unos segundos y traté de aguantar, pero no pude, así que miré hacia un lado. Luego volví a mirar al frente y ella seguía mirándome, así que no tuve otro remedio que verla. Digo “otro remedio” cuando no era ni obligación, carnal, ¡el gusto que me hubiera dado si aquello fuera una obligación! Hablamos un poco:

            —Hola.
            —Hola.

Naucalpan, Estado de México, sábado 27 de agosto de 2005



martes, 27 de febrero de 2018

3. Basuras

Aquí es bonito, pero hay mucha basura en las calles. A veces veo pasajeros que tiran por las ventanas del camión las bolsas de lo que se van comiendo, o las botellas de refresco y los cartones de los jugos. Puede que si pusieran botes de basura en las avenidas la gente dejaría de tirar tanta, aunque a veces las banquetas son tan pequeñas que, si pusieran un bote ahí, apenas y cabría una persona caminando. En la avenida que pasa frente a la escuela pusieron unos aros de metal en los que colgaban y amarraban bolsas de plástico grandes para que la gente echara la basura, pero después de unos días se las empezaron a robar y dejaron de ponerlas.

Uno de mis vecinos me consiguió trabajo con sus tíos comerciantes en el tianguis de la San Felipe de Jesús, cerca de la Villita. Está grandísimo. Aunque no pagan mucho, sólo voy los domingos y me alcanza juntándolo con lo que ustedes me mandan. Además ando tramitando una beca.

Naucalpan, Estado de México, sábado 20 de agosto de 2005


San Felipe de Jesús, Gustavo A. Madero, Ciudad de México

lunes, 26 de febrero de 2018

2. Olas

Ella tiene la esencia de Dios, aunque nuestro barrio sea un cielo gris con sol ocasional. Olas de mi sangre se estrellan en las playas de mis venas. La esperanza me sorprendió temprano jugando con su sombra, al no tenerla cerca.

Caray.

Ayer la vi en el camión cuando volvía a casa. Hermano, no puedo recordar bien su cara, sólo su cabello negro y quebrado, sus ojos castaños y su suéter turquesa. Vive cerca. Me fui hasta la base donde se toma el camión porque quería hablarle pero no fui capaz, sólo nos miramos sin hacer nada. Luego me regresé caminando a donde rento.


Naucalpan, Estado de México, sábado 13 de agosto de 2005


El Molinito, Naucalpan, Estado de México.
Foto tomada de http://naucalpanestadodemexico.blogspot.mx/2012/09/transporte-publico-en-naucalpan.html

domingo, 25 de febrero de 2018

1. La cigarra

Entre las milpas del monte dos niños cantaban y echaban marometas. Su abuelo gritaba:

—¡Santiago! ¡Julián! Ya les dije ¡cabrones! que les están escogiendo mal el oficio, ustedes son más para andar brincando y bailando que para andar aquí. Cuando estuve en Texas miré muchos danzantes y actores en las calles. Cuando crezcan, van a tener que irse a la capital cuando menos. Los voy a llevar con el Padre para que se enseñen a cantar bien.

Apenas hacía seis meses que el abuelo había sufrido un infarto en la boda de su nieta mientras cantaba “la cigarra” con los mariachis. Pero en la boda de su hijo menor ya la estaba cantando otra vez, con más fuerza y más bonito. Sus hijos le pedían que ya no cantara tanto.

—Escúchenme bien, yo voy a cantar hasta que pueda y aunque me duela, y si me muero cantando, mejor. ¡Ésta es mi preferida!

Eso fue como por septiembre del 96, Santiago. Han pasado nueve años, aún no hemos ido a Texas, y yo apenas voy llegando a México.


Naucalpan, Estado de México, sábado 30 de Julio de 2005



San Cayetano, San Luis de la Paz, Guanajuato