Ella y yo fuimos a caminar al parque. La
blusa blanca hizo juego con su piel y sus ojos con el cielo. Perdimos la noción
del tiempo y se hizo tarde demasiado pronto. Uno de los guardias nos interrumpió
un beso, pues estaba oscureciendo y las puertas del parque ya estaban cerradas.
La ayudé a brincar la valla.
Camino a su casa, un pórtico de piedra nos
dio cobijo hasta las nueve de la noche.
Naucalpan, Estado de México, sábado 5 de noviembre de
2005
(foto de https://www.yelp.com.mx/biz_photos/parque-ecol%C3%B3gico-bosque-de-los-remedios-naucalpan-de-ju%C3%A1rez?select=2oGHJp4CZBgM6PuBdSLsig)