miércoles, 28 de febrero de 2018

4. Partículas luminosas


Estoy en clase de francés con la muchacha del suéter turquesa que vi en el camión, nos encontramos el lunes pasado. Fuimos los últimos en llegar, casi al mismo tiempo, pero me hice a un lado para dejarla pasar, y cuando ya entrábamos, disminuyó la velocidad de sus pasos, y mientras caminaba, volvió la vista. Me clavó la mirada por unos segundos y traté de aguantar, pero no pude, así que miré hacia un lado. Luego volví a mirar al frente y ella seguía mirándome, así que no tuve otro remedio que verla. Digo “otro remedio” cuando no era ni obligación, carnal, ¡el gusto que me hubiera dado si aquello fuera una obligación! Hablamos un poco:

            —Hola.
            —Hola.

Naucalpan, Estado de México, sábado 27 de agosto de 2005